Hotel rural el Valle, Rascafría, parque nacional sierra de Guadarrama

Monasterio de El Paular

Las obras de El Real Monasterio de Santa María de El Paular, dieron comienzo en el año 1390, por orden de Enrique II de Castilla y se prolongaron durante varios siglos Actualmente, desde 1954, es una abadía benedictina.

Fue la primera fundación de la orden de San Bruno en Castilla. La ubicación fue elegida por el monarca y, según cuenta la tradición, decidió que el monasterio fuese de la orden cartuja porque durante la guerra en Francia, su ejército había incendiado un monasterio de la misma orden. Enrique II se ocupó de señalar a su hijo, que reinaría como Juan I de Castilla, el lugar exacto de la ubicación, junto a una ermita que se conocía como Santa María de El Paular, y que da nombre al Monasterio. Esta ermita aún sobrevive hoy aunque rebautizada como Capilla de Nuestra Señora de Montserrat.

El entorno de El Monasterio de Santa María de El Paular es privilegiado desde un punto de vista natural. Rodeado por montañas que superan los 2.000 metros de altura, y por bosques de robles, fresnos o álamos.

Versos anónimos de un monje del Paular:

Todavía hay un valle y una tarde serena. Y lejos, una campana que suena en la serena tarde, todavía.

El Puente del Perdón es un puente de piedra sobre el río Lozoya, que data de mediados del siglo XVIII, se encuentra junto al Monasterio de El Paular.

El primer Puente del Perdón fue construido a principios del siglo XIV, en 1302, justo enfrente del Monasterio de Santa María de El Paular para sortear el curso del río Lozoya. A mediados del siglo XVIII fue reemplazado por uno nuevo que es el que actualmente existe. Está edificado en sillería de granito y cuenta con tres arcos de medio punto y dos descansaderos levantados sobre los pilares que cuentan con bancos de piedra. Sirvió a los monjes de vía de acceso hacia el Molino de papel de Los Batanes, una de las principales industrias que explotaban los monjes cartujos de Santa María de El Paular. Como anécdota, de este molino salió el papel con el que se imprimió la primera parte de Don Quijote de La Mancha, publicada en Madrid en 1605.










Paisaje de Rascafria